lunes, 2 de septiembre de 2013

ANFITRIONES MAL REMUNERADOS



[Fotografía de Paco Díaz]

Cada vez que voy a la playa, me arrepiento de haber ido.

Si vas al Mediterráneo te torras y si te metes en el agua… te da la sensación de estar sudando. Te sientes lo mismito que un garbanzo “haciéndose hueco” en el caldo de un cocido.

Si vas al Cantábrico o al Atlántico… la cosa empeora notablemente. 

Sobre todo si hace el mismo calor que nos ha hecho últimamente en Galicia. (Que ni Galicia es ya lo que era, ¡carajo! Que a España ya no hay quien la conozca). Ni una nube, ni atisbo… por lo que también te sientes como San Lorenzo en la parrilla (boca arriba, boca abajo, boca espalda, boca tripa, boca lado…) y, cuando ya no aguantas más y echas a correr al agua… Aiiiinnnnsssssss ¡¡Qué horror meter la punta del dedo gordo del pie a quince o dieciséis grados!! (vamos... que te das la vuelta sin haber "fichado")

Pero lo peor de todo no es el agua-sopa ni el agua-antártica… ni siquiera la elevada o baja temperatura ambiental. Tampoco el viento de Levante que azota la piel como una madre cabreada. Ni tan siquiera que la arena inunde la bolsa, ponga perdidas las toallas, se te meta hasta en sálvese la parte o forme una mezcla nauseabunda con el aceite del bronceador que no lo quita ni un estropajo de níquel.

Lo peor son los vecinos.

Si no se te plantan ante tus narices los domingueros con la mesa de camping, las sillas, las tumbonas, las neveras, las veinticuatro sombrillas, la suegra, el canario y el perro; los cinco enanos cojoneros que no hacen más que corretear y sacudirte arena a los morros haciendo excavaciones y túneles, puentes, acueductos, castillos y otras infumables construcciones que harían estallar, de nuevo, la burbuja inmobiliaria; gritarte en todo el orejo justito cuando tú quieres dormir la siesta y llenarlo todo de basurita… se te ubican los quince canis con sus novias chonis de periferia con el “loro” cargado con el cedé del “apestoso-mix” a 1000 decibelios.

Y eso no es todo.

Resulta que el mayor enemigo de todos estos “vecinitos” son las gaviotas, mira tú por donde. Las pobres mías, tan discretas y tan educaditas que ni pían ni mían, ni llevan artilugios, ni música molesta, ni cotorrean a gritos, ni te hacen masticar arena, ni ensucian ni nada.

En todos y cada uno de los grupos de “fauna” citados siempre hay un “orangután” (macacos legañosos en caso de cachorros) o una “bigfoot” (titís en caso de crías) que se pone en pie, de un salto, ante las sufridas aves y corean como si fueran el abominable hombre de las nieves (o de la arena): “¡Grrruaaarrrrrr! ¡Fueraaaaa, laaargooo de aquiiiiiiiiiií!”

Pero, ¡coño! (ejem… perdón… ¡Antoño!) ¡¡Si SON ELLAS LAS QUE ESTÁN EN SU CASA y somos nosotros las inoportunas visitas que inundan su hábitat y su espacio!! Luego me vendrán con los cientos de miles de asociados a O.N.Gs del tipo “Salvemos A Las Ballenas”, “Contra El Maltrato de los Tiburones”, “Matemos A Todos Los Toreros y Bailemos Sobre Su Tumba”, “Evitemos que Los Chinos Se Zampen Perros”, etc… etc… etc…

Ya lo pongo en duda, la verdad. Porque si tienes que abonar una cantidad de dinero a una ONG o una asociación, molestarte en recibir información y leerla, hacerla extensible y divulgarla, recopilar firmas, enviar cartas, hacer trámites… y no eres capaz de comportarte EN UNA MISERABLE PLAYA como un ser humano normal y corriente de forma TOTALMENTE GRATUÍTA y CÓMODA… ¿cómo pretenden que me trague esa bola?

Así que si queréis que todas las miradas se claven en vuestra persona con la intención de asesinaros sin dejar rastro o que, incluso, os caiga alguna bronca gorda, lo único que tenéis que hacer es guardar un poco de pan o de las sobras de la comida y lanzárselo a las gaviotas en la playa.

Por lo que respecta a mí, me encanta practicar este deporte, sobre todo porque lo de tirarse bajo el sol sobre la arena sin hacer nada más es bastante aburrido. O leo, o escribo o… practico el “toca-peloting” con las gaviotas. Os animo a que os adiestréis en esa técnica… como os digo, es mucho más barato que el tenis, el paddle, el golf, el esquí o el surf.

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