jueves, 22 de septiembre de 2011

¿Cómo nos ven nuestros hijos?


La fotografía expuesta tiene su anécdota...

Pero, ya que me pongo os voy a contar las "gracias" de mi niño, durante todo el presente verano.

PRIMERA "GRACIA":
Estamos viendo televisión. Ponen el anuncio de la Jennifer Lo, luciendo piernas "como las diosas", después de haber usado la crema depilatoria Venus noséqué. Los niños, ya se sabe, se tragan toda la publicidad engañosa y se la creen, que es lo peor. Porque, mira tú, que a la López le quedarán las piernas de seda pero al resto de las mortales, useasé, nosotras, si nos echamos la malditacremalohcohoneh, a los tres días PINCHAMOS COMO UN CACTUS.

Nené: ----Eso vas a tener que comprar tú, mamá
Servidora: ----¿Ah, siiii? Mira mis piernas, chati, ¡están impecables!
Nené: ----Yaaaa, pero yo lo digo por los sobaquillos queeeee...
Servidora: ----¡¡Oye, niññññññño!! ¿Has visto como los llevo?
Nené: ----Bueeeenoo, hoy no pero, a veces, que los veo yo, los llevas con unos matorraaaaleeeeessss

(Glubs... es que los inviernos son muuuuuy laaaargooooos)


SEGUNDA "GRACIA":
Estamos tomando una copilla en una discoteca móvil, al aire libre, en El Escorial y, ¡ENCIMA!, nos lo hemos llevado como dos 'gilipuás' (que digo yo que p'a qué). El DJ pone una canción que me gusta y empiezo a dejarme llevar por el ritmo (con mi copita en la mano, tachunda-chunda, así tan moderna como soy yo) y me acerco a mi niño, como invitándole a bailar conmigo.

El niño pone cara de desconcierto total.

Como si no me conociera de nada y se estuviera escandalizando de las insinuaciones de un desconocido vejestorio.

Servidora: ----Pero, ¡kekooooooo!, ¡baila conmigo, hombre, no seas soso!
Nené: (aún con cara de Póker y acercándose discretamente como si me fuera a pedir la hora): ----A las madres debían dictarles, por ley, no bailar a menos de veinte metros de distancia de sus hijos, en lugares públicos.


TERCERA "GRACIA":

Anotación: Mi cuñado (separado) vive con su novia dominicana (a la que, aclaro, soplaré como unos 15 años) Jaime la llama "la tiastra" (jajajajaja!)

Le doy un besito tonto y me dice (el muy cabroncín):

----No es por nada, mamá, pero la tiastra tiene la piel muchiiiiisimo más suave que la tuya.

Yo (quasimuerta de la risa pero simulando enfado) le digo: ----¡Pero, bueno, neneeee!

Él (percatándose de que se ha metido en terreno fangoso obligando a dos hembras a entrar en competencia): ----Mujer, no te preocupes... Eso es una característica de su tieeeerraaaa.


CUARTA "GRACIA":
Servidora: ----Tú lo que tienes que hacer con esa niña eeeesss...
Nené: ----Mamá, ¡no te enteras! Pero, ¿Tú es que te crees que los chicos y las chicas de ahora SOMOS COMO EN LOS AÑOS SETENTA?

Servidora se muerde los labios y calla... (snif) pero me encantaría que él hiciera cálculos y se diera cuenta, ¡LECHES!, que yo en el 70 ¡¡TENÍA TRES AÑOS, COÑÑÑÑÑO!!


QUINTA "GRACIA":
A mi costilla le encanta mandarme a preguntar de todo. En todos los viajes yo me convierto en "la preguntadora oficial".

Papá: ----Anda, Miriam, vete con el niño a preguntar en la caseta de los surfistas si dan clases aquí, en La Lanzada, y las horas y el precio y tal.

Yo soy muy bien mandada. Así que, allá que voy.

Bueno, bueno, bueno, buenoooooooo ¡¡VAYA SIRENO QUE ME ENCUENTRO EN LA CASETAAAAA, ZAMPÁNDOSE UNA HAMBURGUESITAAAAA.

Servidora (con cara de gilipollas, babeante y relamiéndome con esa tabla de lavar la ropa que lleva el Adonis aquel como abdominales):

----Buenas..., perdona... que aproveche. ¿Dais clase aquí en la playa? ...

Cuando nos ha dado toda la información y a mí se me ha quedado, grabado en la retina, esa especie de David de Miguel Ángel, le digo al nene, ya de vuelta a nuestras toallas: ----Mira, nené... que digo yoooo, que papá y tú os vais, con las tablas a hacer surf y que yo me quedo CUIDÁNDOOS al profesor, para que no os lo quite nadie.

Nené: ----¡Anda, mamá, por favor! ¡¡Que me has hecho pasar una vergüenzaaaa!! ¡Has quedado FFFFFFATAL! ¿Cómo se te ocurre, A UN JOVEN, decirle BUEN PROVECHO? ¡¡Eso sólo lo hacen las viejas!!

¿¿Eins?? ¿Ya no se dice eso?


SEXTA "GRACIA":
El nené nos cuenta a papá y a mí que, cuando sea mayor, se va alojar en "esos apartamentos" con sus amigos, en San Vicente de la Barquera y van a surfear.

El papá (pobre inocente!): ----Y, ¿nos vas a traer a nosotros?
Nené: ----No, a vosotros os voy a dejar en el hogar del jubilado

(Aaaaarrrrggggggg, éste, al paso que lleva... NOS ABANDONA EN UNA GASOLINEEERAAAAAA!!!!)


SÉPTIMA "GRACIA":

Estamos en Denia. Acordamos ir al puerto olímpico. Allí hay un sitio de mueeeeerrrrrte (el de la foto)

Es un sitio de copas, con vistas a todo el puerto, con tumbonas donde te parece estar tomando tu licopodio al estilo de la antigua Grecia, barritas, barra y gente muy joven, muy guapa y muy bien.

Vale.

Llevamos en nuestro "haber": cuatro adultos, dos adolescentes, un pre-adolescente (el caradura de mi hijo) y un infante (jajajaja! Alvarito, que fue quien lo propuso, me parto!!)

Entramos en el mencionado lugar y...

Los INGRATOS adolescentes observan "el percal" e, inmediatamente después, NOS MIRAN A LOS CUATRO ADULTOS (con pintilla de playa, es decir, de chancleta y trapillo) de ABAJO A ARRIBA y... ¡¡SALEN CORRIENDO COMO ALMA QUE LLEVA EL DIABLO!!:
----Queeee... os esperamos abajo, ya, si eso!!!

Servidora (orgullosísima de que mi "bebé" se haya quedado con sus papis): ----¡Ay, mira, nene, qué sitio tan bonito! Vamos a hacernos una foto, aquí juntos.

Sobran los comentarios... LA FOTO lo dice todo.

Por cierto, nos salió muy baratito porque AL CAMARERO NI SE LE OCURRIÓ PREGUNTARNOS QUÉ QUERÍAMOS TOMAR.

Es decir... ¡¡El muy malnacido ERA TAMBIEN ADOLESCENTE!!

Creo que volveré a cuestionarme lo de las dietas, la VENUS, y las cremas antiarrugas...

Eso sí, de espíritu mi nené AÚN ME VE JOVEN. En más de dos y tres ocasiones, al día (incluso cuando le riño) suele decirme: ¡Mamá!, pero, ¿por qué eres tan graciosa?

Por eso soy práctica y siempre pienso:

Puedo acostarme, cada noche, sin aplicarme cremas en la piel pero, eso sí, nunca termina el día para mi si no he hecho reír, a carcajadas, una sola vez, a mi hijo y a mi marido (los perros no se ríen porque no entienden lo que les digo)

martes, 13 de septiembre de 2011

"EN EL OTOÑO AZUL" (Marian, eres una tramposilla)



Este verano he estado más vaga que nunca...
Bueno, hablando en el sentido “literario” porque sólo con preparar tanta maleta, hacerlas, deshacerlas, lavar la ropa, plancharla y volverlas a hacer... ya me he proporcionado un 'curro' extra.

Eso sin contar con que, en todos los sitios, he estado en pisos y apartamentos (he tenido que hacer camas, limpiar, cocinar, fregar y, en una ocasión (de una semana) he coincidido con TRES HOMBRES y, ya sabéis: un hombre = un trabajo)

Llevarme el ordenador, me lo he llevado, desde luego, pero usarlo... poco, muy poquito. Ahí sigo pegándome con la tercera y re-corrigiendo las requete-correcciones de las correcciones corregidas.

Para el tercer veraneo (tercero, sí y, además, todos ellos haciendo escalas en El Escorial, morid de la envidia!) sólo tenía una semanita. Cortita, cortita. Así que decidí llevarme un libro cortito-cortito que, además, decía ser de relatos cortos (valga tanta redundancia)

Eso era lo ideal para no desconcentrarme demasiado y no desconectar de todo sumergiéndome en una lectura que exigiera análisis profundos y extensos.

¡¡Vaya chasco!! De eso nada!!!!

“EN EL Otoño AZUL” es un libro que exige máxima concentración, análisis exhaustivo y, además, lectura, re-lectura y mesilla (o cajón) para descansar los sentidos. Para reposar los sentimientos que provoca.

Es un libro desconcertante, inesperado, tan original que llega a despistarte.

A simple vista y, comenzando desde la primera narración, parece un libro de relatos, sí. Pero, enseguida te das cuenta de que un “relato” (propiamente dicho) por breve que sea, siempre tiene un principio y un final y, en este libro, muchos de los, llamémoslos “capítulos”, son fotografías de un instante. Un flash-back. Un recuerdo, una imagen, un color, una sensación, un escalofrío, un dejá vu... un aroma.

Para muestra, un botón:

Página 19. Capítulo: “Sin pisadas”
“Sin pisadas”... el largo paseo por la playa se dejó sentir; acelerando la marcha, volvió la vista atrás con intención de “contar” las pisadas... la mujer no encontró ninguna tras ella...


Precioso, ¿verdad? Pero engañoso, también.

Lo lees y te maravillas “¡Qué bonito y qué sencillo!” Pero dejas reposar esa impresión y te estremeces al pensar lo que verdaderamente significa: Una mujer que no deja huella. Que vuelve la vista atrás y no ha dejado recuerdo alguno de su paso por el tiempo.

Eres una tramposilla, Marian Arija Santamaría. Y se me antoja que, también, una mujer muy linda. Porque, mira, eres tramposa, ¡hasta para elegir la foto de la portada!. Te intuyo guapa, por fuera, aunque tengo casi que echar imaginación. Pero, leyéndote, puedo afirmar que eres bellísima por dentro. Por el lado de las costuras. Que es lo que a los lectores más nos interesa.

Así lo corroboras con relatos como “El niño y la nube”, “La noche del eclipse” (en la que todo un pueblo está en vela esperando un eclipse de luna y, en una habitación de hotel, ajenos a todo el revuelo, hay clientes alojados que buscan, emocionados, un recuerdo, una carta) Y, al final, también encuentran su particular “eclipse”. El eclipse del pasado: entre las lágrimas que emborronan las letras del papel y la firma que, con el paso del tiempo, también se ha borrado.

Soberbios pasajes como “La profesora”, “El viaje de bodas”, “El rey de las barbas rojas”, no quiero dejarme tampoco el primero: “El magnate” (¡Qué susto cuando leí “gran jefe”! Yo también tengo uno en la dichosa tercera que no acaba nunca.

Ahora, que también eres inteligente y lo haces latente en “Sobre... las decisiones”.

Y tramposa, otra vez (una y mil veces tramposa) cuando uno empieza a encontrar coincidencias. No sólo se repite la estación otoñal y el color azul... también la habitación 113, los idilios de “apenas dos minutos”, el ramo de flores que se recibe y el que descansa sobre la mesa metálica, animando a la protagonista a recibir un futuro mejor. Los atracos exitosos y los robos fallidos con chivatos y delatores. El orfanato, el centro... Una muerte vista desde ambos lados, un par de capítulos repetidos (“Escribir, Escribir” y “Estamos en el aire... escribir, escribir” y “En la fotografía” y “Pascua navideña”)

¡Tantos detalles! Que, ahora que lo pienso, mi querida tramposilla, quizás más que eso, lo que seas es generosa. Tan humilde que no has querido sobresalir en tu papel de autora, sino que has deseado regalarnos un puzzle, los jirones de una novela que hemos de escribir nosotros, retazos de un relato único de valor incalculable. Como si fuera una película de Alejandro González Iñárritu (Babel, Amores perros...)

Claro que tal vez sea echarle demasiado "cuento" a la cosa (siempre fui un poco Antoñita la fantástica) Se me ocurren hijos de personas malogradas de una u otra manera, que rastrean en los recuerdos; gente que ha coincidido en un momento dado o en cierto lugar; aquel idilio de apenas dos minutos (aunque Julia Román tendría que ser Lola o viceversa); O que el mismo sitio donde estuvo Lola y su "amante instantáneo" sea el valle donde el esposo compra una casa. O la mujer "sin pisadas" que decide tirarlo todo por la borda, calculando lo que le resta de vida, en un trabajo, bajo las órdenes de un ser inhumano al que le ha permitido la humillación más devastadora. No sé... ya te digo que has logrado dejarme "cazando moscas".

Pero, además de bella, tramposa, inteligente, generosa y humilde, lo que sí eres es envidiable. No sabes lo que he disfrutado de tu lírica, de tu poesía. Me la he bebido a sorbos.

¡Si me vieras en la playa! Leía una página, cerraba las tapas, las hacía descansar sobre mi regazo, pegaba párpado contra párpado, respiraba hondo, me quedaba un rato quieta, quieta... volvía a abrir el libro...

Gracias, Marian. Mil veces gracias.

Tenía que compartirlo con todos vosotros. Si estáis hartos de las mismas historias, de los mismos ecos, de las mismas memorias (históricas e histéricas) de los mismos apellidos, de idénticos estilos... este es un libro que podéis regalaros.

Ojalá os guste tanto como a mí y os parezca tan, tan, tan, tan corto que le pidamos a gritos a Marian quince más (o uno de quinientas páginas, por favor)

¡Ánimo, Marian! y, con respecto a tu pregunta:

Sí. No algún día, no. Eres escritora desde que naciste. Llevas ese don "clavado" en el alma.

viernes, 17 de junio de 2011

La Tita y la informática



La tita Pali (tía Pauli) es hermana de mi padre. Tiene su edad ya, la mujer, y está soltera. En sus años mozos trabajó de secretaria de dirección. Es decir, la tita se destetó con la Olivetti, dale que te pego a la tecla y al papel carbón.

Es una chica lista y despierta. Esto es, muy curranta, muy relimpia y muy dispuesta a aprender, pero lo suyo con la tecnología... vamos, que es una relación amor-odio que no logra superar.

Amor... porque, la verdad, es que la tía ESTÁ ENCANTADITA con lo que son capaces las máquinas de hacer. Pero también odio, por el profundo desconocimiento que tiene sobre ellas.

Por ejemplo, ella amaba su coche porque la transportaba allá dondequiera que deseara ir.

Se sentaba en el asiento del piloto, se quitaba los zapatos, buscaba la bolsa donde había guardado unas esparteñas monísimas de la muerte. Se las calzaba, guardaba los zapatos en la bolsa de las zapatillas. Se ajustaba el cinturón, revisaba que el espejo retrovisor estuviera bien colocado, echaba el asiento hacia adelante y hacia atrás, hasta que conseguía ubicarlo en el preciso y exacto milímetro cuadrado donde debía estar. Yo pensaba que esto era una medida innecesaria, ¡si la última vez que se había sentado tenía la misma talla! Pero no, que los gases gastan bromas pesadas.

Después, revisaba que las ventanas estuvieran cerradas, que el cerrojo estuviera echado en todas las puertas. Te ordenaba ponerte el cinturón...

Y tú pensando ¿Cuándo cojones empiezo a decir aquello del 'cuando llegamos', 'falta mucho' o 'cuánto queda'?

Luego venía la indecisión a tomar cierta calle o a salir de ella. Y aquello del "Guarrrraaaaaa, anda y vete a fregar" pero la tita, eso sí, se habría aprendido todo el código del vocabulario al volante: "¡Tu puttta madreeeee, gilipooollaaaaas!".

Pero, ¡Ay, si al coche le daba por averiarse! O, ¿para qué cuernos tenía que pasar un coche la ITV? (que me lo pase en Angelito, o el Pepín, o el Antoñín) ... O si no, que le digan al pobre guardía de tráfico aquel que, ante el berengenal que organizó en plena M-30 (llorando a moco tendido) le tuvo que CAMBIAR ÉL MISMO LA RUEDA DE REPUESTO!!!!

Pues ella es ASÍN.

Y no iba a ser menos con el TDT. "Oye, miri, que le digas a tu marido que me venga a colocar los canales que no sé a donde he dado que se me han ido todos a hacer puñetas".

Y, a la semana siguiente: "Oye, miri, que no soy capaz de dar con el canal de las pelis".

Y, a la próxima. "A ver si venís que ya no encuentro donde echan el gato al agua".

Con la informática, más de lo mismo. He aquí unos cuantos ejemplos muy gráficos:

M: Miriam
T: Tita

T: Oye, niña, que dónde se da para navegar por internes
M: Dale a la tecla de la E grande.
T: A ver... Mi PC, Papelera de reciclaje, Acrobat Reader, ¿No será una A? que aquí pone Ares
M: No, es una E
T: Ya... ya le he dado y me sale un sobrecito y pone... outluk expres 6
M: A ver..., tita, ¿a qué E has dado?
T: a la E, de Express

T: ¿Ya estoy en interne?
M: ¿Dónde estás?
T: En un sitio que pone GOGLE pero aquí ni se ven los videos del Alejandro, ni nadie me escribe ni yo puedo escribir a nadie.

T: Yo quiero que vengas un día, a ponerme los canales y a enseñarme cómo hago mis cuentas
M: ¿Qué cuentas?
T: Pues eso, lo de la luz, lo del agua, lo del gas, lo de mis dientes...
M: Pues métete en "Mis Documentos", abres una hoja de excell y trabajas allí
T: ¿Dónde están mis documentos?
M: Dale a Mi PC
T: ya
M: ¿Encuentras mis documentos?
T: ¡Ah! ¿Me puedes enviar tú los tuyos?

T: A ver si vienes un día, a organizarme los canales y a hacerme una cuenta en FEISBUL.
M: A ver... yo te la hago, desde aquí.
(.../...) foto, datos, la virgen!... y, después de un rato:
M: Tita, ya lo tienes todo. Para entrar, tecleas tu cuenta de correo y tu contraseña es "latitapali" todo junto y en minúsculas.
T: Ah, vale, ¡qué bien!

Dos días más tarde:
T: A ver, nena. Dile a tu marido que cuándo vais a venir a ponerme la sexta, que no la puedo ver y un compañero de trabajo me ha dicho si tengo FEISBUL. Yo le he dicho que sí y me ha preguntado que como aparecía y le he dicho que como "La tita Pali"

Lo de intentar hacerle entender DÓNDE TIENE QUE TECLEAR, eso ya es para nota.

T: Pero... es que yo no sé que hacer para aceptarte. Si yo te acepto, hija mía. ¿Cómo no te voy a aceptar?
M: A ver, tita, es que el ordenador no sabe que soy tu sobrina. Ponte en la esquina izquierda superior de la pantalla, donde pone facebook
T: Ahí pone: Archivo, Edición, Ver, Favoritos, Herramientas, Ayuda...
M: ¡¡TITA!!... más abajo, por los clavos de Cristo!!!
T: Hay una estrellita...
M: DONDE PONE FACEBOOK (léase en perfecto español)
T: Aaaaaah...
M: Ahí hay dos muñequitos que parecen un hombre y una mujer, que es donde te salen las solicitudes de amistad.
T: Pero esos no están en la izquierda, están a la derecha, dónde pone "Pocoyizaté"

Hay millones de preguntas... TRILLONES, como: ¿Pero cómo puedes ver tú todo eso?; ¡Ah! Ya somos amigas y, ahora, ¿si yo hablo tú me escuchas?; ¿Has recibido el mensaje que te he enviado diciéndote que no puedo encontrar por ningún lado la hoja de excel esa que hice con mis cuentas?; Si yo lo he recibido, pero no me decías más que tonterías. Algo así como: hache té, té, pé, barra, barra, miriam, lavilla, mlm, blogspot, punto com...

Preguntas que se hacen al cielo, preguntas sin respuesta... preguntas cómo ¿Qué he hecho yo, Dios mío, para merecer esto? Y, ¿para qué narices habrán dejado de fabricar la Olivetti?

Miriam Lavilla Muñoz

domingo, 29 de mayo de 2011

Reseña literaria de "Instituto de Bachillerato 'El Carrascal' Recuerdos de una época"



INSTITUTO DE BACHILLERATO "EL CARRASCAL" RECUERDOS DE UNA ÉPOCA es un libro, escrito en castellano sencillo y coloquial, pero correcto, de 155 páginas, de tapas blandas, con ilustraciones e imágenes con color, cuya estructura es:

1.- Unas citas cuidadosamente elegidas
2.- Una exquisita dedicatoria en la que, siendo general, no se han olvidado de nombrar a nadie.
3.- El índice.
4.- Una introducción en la que se explica detalladamente como surgió la idea de organizar una fiesta de antiguos alumnos y profesores y cómo, a raíz de ésta, nació la idea de escribir el libro.
5.- Un estudio histórico y medio-ambiental, hablando de la zona en la que se encuentra ubicado el centro.
6.- La fiesta del Instituto, que es un auténtico manual para organizar eventos de este calibre.
7.- Un reportaje gráfico de aquella celebración y,
8.- Seguidamente, comienza la parte "Recuerdos de una época", donde se entrevistan a Pilar Cavero, Jesús Jiménez, Ildefonso Caro, Lorenzo Martínez, José Mª Freijedo, Mariano Lanau, Magüi de León y Musta Benterrak. En la que, cada uno de los entrevistados, recuerda el instituto desde los comienzos o desde que fueron destinados allí, hasta que se marcharon.
9.- Anécdotas de los alumnos y un coloquio entre ellos.
10.- Curiosidades realizadas en el centro, con actividades, portadas, carteles de fiestas, un homenaje a Machado en su centenario, el periódico, la biblioteca, semanas culturales, viajes, excursiones, música y fotografías de belenes de navidad.
11.- Epílogo, Bibliografía y Agradecimientos.

En mi opinión, siendo un documento histórico, está creado como si fuera un anecdotario o un diario en el que intervienen muchas personas que hablan en primera persona del singular.

Lo que nos da idea de veracidad. Ya que, cada uno, da su visión particular de los hechos y, aunque en muchos puntos se coincide, en otros se muestra otro ángulo de la misma realidad. Por lo que, la cita de los Diálogos del hombre y de Dios, de Jacques Leclerc, viene "al pelo" totalmente.

Está escrito con muchísimo cariño. Ese cariño es latente hasta en la recopilación del material a usar. Tengo entendido que hasta en la maquetación del documento para su posterior edición y publicación, ha sido un tesoro muy apreciado por todas las personas que han intervenido o participado en su creación.

Lo que me llama la atención poderosamente es el centro en sí. El cemento, el ladrillo... Es como si se hubiera transformado en hueso y piel.

Es como si fuera un personaje más de la historia. Lo presiento como uno más de los protagonistas de toda aquella época. Y, sobre todo, el hecho de que muchos de los entrevistados hablaran sobre las varias y diversas calamidades que ocurrían en él: La falta de persianas, que daban lugar a insolaciones. La calefacción que funcionaba poco o nada y dio lugar a huelgas y manifestaciones de alumnos. Reformas interminables que provocaron que se tuviera que dar clase en la residencia de ancianos. O a Musta arreglando desperfectos sin dar abasto.

Pero, curiosamente, ese edificio que todos sospechaban en ruinas, se ha mantenido desde su origen hasta nuestros días. Es como las buenas familias. Las bien avenidas, que si tienen cimientos fuertes, ya se pueden echar encima todas las adversidades del mundo que aguantan firmes.

Y quizá fuera eso, el centro, su ubicación en medio de la nada, o el personal docente lo que hizo que todos fuéramos especiales. Que seamos capaces de no vernos en veinte años y, al reencontrarnos, poder abrazarnos y llorar y reír y retomar nuestras conversaciones donde las dejamos.

Y el responsable de esta forma de ser tan nuestra, fue el personal docente, desde luego. Me han encantado unas frases de Lorenzo Martínez (Sony) en las que dice: "yo, en parte, me siento orgulloso de esa etapa y de haber contribuido al desarrollo de las personas que han convivido conmigo."

También: "todo el mundo tiene que potenciar sus raíces y evolucionar desde ellas".

O: "Que la vida sigue, que los puntos de partida condicionan el desarrollo de las personas y las capacidades y hay que sentirse orgulloso del pasado que se ha tenido".

Sobre todo, lo avanzados que fueron para su época. Pilar Cavero nos cuenta: "Hicimos muchas cosas, nos movimos mucho, otra anécdota es que en los años 69/70 se daban clases de sexualidad a los padres y alumnos, estoy hablando de cosas que se han hecho con un adelanto de 30 años, no teníamos libertad pero nos la tomábamos".

O entre las múltiples y graciosísimas anécdotas de Musta, figuraba la de la recogida de basura en La Dehesa. Fijaos que estamos hablando de años en los que nadie pensaba en el reciclaje ni en el calentamiento global.

Las anécdotas de los alumnos y el coloquio, sin desperdicio.

Entre las partes más divertidas están:

"Pero, por desgracia, el paso del tiempo es inexorable, incluso para los macizos y macizas, resulta que, voy a omitir sus nombres para no herir sensibilidades, ellas que esperaban encontrar aquellos cuerpos y melenas juveniles, no daban crédito cuando sentados en el banco del parque convenido, se encontraban tres maduritos, con la curva de la felicidad más que visible y las cabezas despobladas de aquellas melenas que en su momento hacían las delicias de las que hoy contemplaban con pavor y desilusión el canalla paso de los años." (Julián Delgado)

"Días antes, en previsión por un lado de desvanecimientos o vahídos generados por el incontenible ahogo que a algunas personas se les pone en el pecho ante fuertes emociones. Por otro lado, haber sido más que generosos con el consumo de bebidas espiritosas y, en los casos más extremos, por ambos motivos a la vez, como decía, en previsión de esos posibles supuestos, solicitamos la presencia de Protección Civil." (Julián Delgado)

[Tampoco se pierdan la anécdota de los walkies 'infernales aparatos']

"Recuerdo que una vez, en la parte vieja del instituto se había estropeado la calefacción y no nos la arreglaban. Los alumnos mayores se pusieron en huelga. Y los pequeños, que ocupaban la zona del nuevo pabellón se unieron a ellos y me sale uno al patio en manga corta y le pregunto: ¿Tú, por qué protestas? Yo ----me responde---- por "solidificación" con mis compañeros". (Mariano Lanau)

".../... y es que la Ley de Educación de 1970 decía que había que regular la situación de estos profesores. Pero pasaba el tiempo y no se regulaba nada, por lo que valga la redundancia, sólo podíamos estar "regular" o tirando a peor." (Magüi de León)

".../... Cuando hacía buen tiempo las alumnas se salían a la terraza de la Biblioteca "a estudiar". Pero lo que más hacían era bajarse los tirantes de la blusa y untarse crema Nivea para ir poniéndose morenas antes de las vacaciones. [.../...] Yo les decía: "pero, chicas, ¿no veis que esto va a parecer una piscina?." (Magüi de León)

Repercusión en la literatura actual (jajajajaja):
Bueno, pues que sepáis que el capítulo "Veinte años no es nada" de mi segunda novela "¿Y para qué quiero enemigas?" es un guiño a la fiesta del instituto de 2006. Muchas de las anécdotas, en realidad, sucedieron. La mayoría, por supuesto, son producto de mi mente (desordenada y alocada)

Unas últimas palabras: Siempre lo digo, agradecí enormemente a las mentes pensantes y organizadoras de la fiesta por aquel homenaje pero, la verdad, la gratitud ya les vino incluida cuando la estuvieron planeando.

Mi abuelo solía decir que lo mejor de la fiesta, era la víspera y ¡qué gran verdad! El cuidar cada detalle, el recopilar todo lo necesario, el pensar en el modelito, los complementos... etc... eso es algo que no se puede uno perder.

Yo, suelo dar unas minutas a mi hijo con respecto a la vida. "Lo mejor de la fiesta es la víspera. Esa, hay que vivirla con intensidad hasta el último segundo de la retrocuenta. Después, está la fiesta, que hay que disfrutar a tope, hasta que el cuerpo aguante. Y, al final, cuando todo ya ha acabado, no hay que lamentarse, hay que seguir viviendo la emoción al recordarla una y otra vez".

Y, desde luego, para recordarlo todo y volver a vivirlo. No hay nada que podáis hacer mejor que comprar este libro y disfrutar de su lectura.

Miriam Lavilla
Antigua alumna de El Instituto "El Carrascal"

sábado, 14 de mayo de 2011

La última entrevista en la radio

Ahí os queda eso. Recordad que estoy mucho más al día en facebook y que el muro de "Aceptamos marido como animal de compañía" está divertidísimo y, sobre todo, gracias a vosotros, vuestros comentarios, vuestras aportaciones y todo vuestro cariño. Os quiero,

jueves, 14 de abril de 2011

Y como soy un verdadero desastre...

VOY Y NO OS DIGO EL TÍTULO!!!!

"A LOS PAVOS NO LES GUSTAN LAS PANDERETAS" (queda dicho)

martes, 12 de abril de 2011

En lo que ando últimamente... (EN PAVOS)



Ya sé... ya sé que os tengo muy abandonados... todos los días me meto en Facebook y entre las chorradas que meto en la página del "Aceptamos marido como animal de compañía" y que, siempre, me obligo a contestar absolutamente a todo comentario que me dejais... no hay manera de hacer mucho más.

Pero, como pago de mi deuda, os voy a hacer un pequeño regalito. Voy a premiaros con la primera parte de la novela con la que estoy liada últimamente.

El título le salió a mi buen amigo Guillermo Blanes del Águila (autor de "La vida que viene") que me sugirió que siguiera la línea del primero. Ea, va por tí, maestro!!! Y, lo más curioso, es que HE SIDO CAPAZ DE ACOPLARLO AL CONTENIDO (jajaja, somos almas gemelas).

La cuarta entrega (sí, la cuarta... la primera es de los maridos, la segunda de las "amigas/enemigas" y la tercera (la de los jefes y compañeros de trabajo, que aún ando a tortas con ella... ¡¡qué maniiiiia la tengo!!) sigue el mismo protocolo que las anteriores: La carta (esta vez, no de la directora de la revista, sino de una lectora); La introducción (de Serena de Brie) y el Decálogo. Y está situada en la familia, el entorno familiar.

Espero que os guste y, por supuesto, también ansío vuestras impresiones (buenas o malas, ya sabeis que aquí no hay censura).

Un fuerte abrazo,

Miriam Lavilla
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Querida Serena:

Me considero una de sus más fieles admiradoras. Leí su primera entrega (sobre los hombres), la segunda (sobre las amigas) y la tercera (sobre los jefes y compañeros). Todas ellas de mucha utilidad, aunque no conozco varón (soy soltera y entera), no tengo amigas y, en el trabajo, están rezando constantemente porque me jubile pronto. Tengo 63 años, ya queda poco...

He vivido, en compañía de mi viuda madre, (¡Dios la tenga en su gloria!), hasta el pasado año que falleció a los 97. Soy la menor, y única hembra, de cuatro hermanos. Con el pequeño, me llevo 15 abriles.

Quiero aclarar estos puntos, por si sirvieran para comprender mi actual circunstancia.

Después de llorar mi triste pérdida, me encuentro en una extraña intersección de caminos en que no acierto a reconocer a nadie ni a comprender nada y no me queda otra que preguntarme: ¿Acabo de aterrizar de un largo viaje, procedente de Marte? ¿Son mis hermanos los que yo creo que son, o son clones que acaban de salir de la probeta? ¿Tuvimos todos los mismos padres? ¿Crecimos bajo el mismo techo? ¿Dónde está mi familia y quiénes son esa gente que ha ocupado su lugar?.

Es como si hubiera nacido ayer. Como si hubiera pasado, por la vida, como por el mundo de Wally. Empiezo a cuestionarme si lo que sucede, en realidad, es que he sido abducida por una inteligencia inferior (inferior, sí, no cabe duda), se me ha pelado un cable, me falta algún tornillo o soy tonta perdida.

Yo no guardo ninguno de los recuerdos que ellos tienen de nuestro pasado y, cuando cuento alguna anécdota, ellos arrugan su nariz, entornan los ojos y me miran, perplejos, como interrogándose dónde estaba yo, en aquel tiempo o de qué baúl me han sacado. Lo dicho: talmente como si yo estuviera hablando marciano.

Ya ni siquiera es necesario comentar ninguna experiencia anterior, apenas abro la boca para lo que sea, me llevan la contraria a gritos. Si me preocupo, soy una pelmaza insufrible. Si no lo hago, "voy a mi bola". Si encuentro que la temperatura es buena, ellos me dicen que el tiempo anda fatal. Si yo veo blanco un mueble, ellos me corrigen, alegando que es negro. Pero, claro, es que tampoco me entero de nada porque las noticias familiares me las dan a un año vista. ¿Que alguien se separa? Pues me entero cuando se vuelve a casar y me invitan a la boda. ¿Que se ha muerto algún pariente? Me doy por informada cuando correos me devuelve el christma...

Yo afirmaría que no he cambiado y que los que han variado su actitud son ellos. Pero, sinceramente, ya no sé... estoy hecha un lío... sólo sé que no sé nada.

¿Qué me está ocurriendo? Desde aquí te pido auxilio. Afectuosamente suya,



Altagracia Cornejo.
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1.- Introducción "bájate del guindo"
Estimada Altagracia y resto de lectores que se encuentren en idéntica situación.

Me apena mucho saber de tu soledad.

Pero también quisiera aprovechar la oportunidad que me brindas para darte a conocer que la soledad juega malas pasadas. Tienes mucho tiempo para pensar y dar vueltas a temas a los que, el resto de los mortales (los que tienen hipotecas que pagar, trabajos, hijos, hijos descarriados, nueras, ex-nueras, yernos, ex-yernos...) apenas dan importancia. Porque bastante tienen ellos ya como para molestarse en invertir, ni un minuto, en estupideces como los recuerdos pasados o como quedar bien, o mal, con los de confianza.

Al ser la pequeña, es perfectamente comprensible que todos se hayan esmerado en cuidarte y protegerte de todo mal. Es de todos conocido que los benjamines de cada casa se enteran los últimos de que los Reyes Magos y el ratoncito Pérez son los padres, de que el abuelo Honorio era gay, de que el tío Patxi tuvo una querida o de que proceden de una inclusa.

Esta protección se duplica siendo la única mujer.

Al fallecer tu madre, se ha quebrantado la última barrera de cristal que te mantenía en cuarentena de todo contagio con el mundo exterior. Tu torre de marfil acaba de desmoronarse y romperse en mil pedazos. ¡Bienvenida a la vida real!.

E, insisto, siendo la única niña de la familia, la cosa empeora notablemente: Para tus hermanas políticas "desapareció" la figura de la suegra, pero sigue vigente la de la cuñada.

Ahora, sólo tú tienes la decisión final: ¿Quieres enfrentarte a la cruda realidad o deseas seguir viviendo en Yupylandia?.

Por mi parte, yo te aconsejaría que empezaras a escribir una relación de cosas que hacer antes de morir. Estás en muy buena edad, no creas, aún eres joven. Esta podría ser:

1.- Perder la virginidad y adquirir experiencia;
2.- Conseguir amigas;
3.- Adoptar / apadrinar un niño, o un perro, o un gato...
4.- Pre-jubilarme o lograr entenderme con los compañeros de trabajo;
5.- Viajar, leer, escribir, aprender a tocar algún instrumento, dar clases de pintura, practicar bailes de salón, nadar, apuntarte a pilates, a yoga o pasear por el campo...
6.- ¿Por qué no? ¡Echarme un novio o casarme con algún inmigrante para que consiga el visado de residencia!.

En definitiva, BUSCAR OTROS MUCHOS PROBLEMAS QUE TE MANTENGAN OCUPADA Y DESCONECTADA DE LAS PREOCUPACIONES FAMILIARES.

Verás como, dentro de unos meses, te ríes a carcajadas de las caras de póquer de tus hermanos, te importa un bledo que tus cuñadas no te dirijan la palabra y pasas de todo bicho viviente que no seas tú misma.

Si no lograras "tachar" de tu lista ni una sola de las tareas, de momento, ve iniciándote con nuestro decálogo.

En espera de que te ayude y agradeciendo tu atención y lealtad, recibe un cordial saludo,



Serena de Brie.
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2.- Decálogo

1.-Antes de nada debes aprender el significado de la palabra "familia".

familia.
(Del lat. familĭa).
1. f. Grupo de personas, emparentadas entre sí, que viven juntas o en lugares diferentes y, especialmente, el formado por el matrimonio y los hijos. 2. f. Conjunto de ascendientes, descendientes, colaterales y afines de un linaje. 3. f. Hijos, prole o descendencia.

Ahora viene la pregunta inicial que debes hacerte: ¿Es tu familia algo distinto a lo mencionado anteriormente?

Familia Cornejo
(Del lat. Familĭa Cornejo).
1. f. Grupo de personas guapísimas, inteligentísimas y simpatiquísimas, emparentadas entre sí, que viven juntas o en lugares diferentes (pero se mantienen unidísimas por unos lazos irrompibles de amor y respeto) y, especialmente, el formado por el matrimonio mejor avenido del mundo y los hijos divinos de la muerte. Exceptuando, eso sí, el matrimonio del primo Federico (guapo, inteligente y simpatiquísimo) que fue "cazado" por una lagartona insoportable y, por tanto, su separación era totalmente predecible y aceptada, de común acuerdo, por el resto de los componentes. 2. f. Conjunto de ascendientes, descendientes, colaterales y afines de un linaje excelente, que es el de mis padres, que eran los dos buenísimos y adoraban a todos por igual. 3. f. Hijos, ideales, prole maravillosa o descendencia digna de los mismísimos santos o reyes.

¿Verdad que no? Pues aprende bien la primera regla: TU FAMILIA ES UNA COMO OTRA CUALQUIERA. Ni mejor, ni peor.

Está claro que el amor es "ciego" y que todo el cariño que sientes hacia tus abuelos, tíos, padres, hermanos, primos, sobrinos y/o nietos te otorga la certeza de que son los seres más extraordinarios de todo el planeta, pero no, ¡espabila!: Tus familiares, como seres humanos que son, tienen defectos y fallos como el que más y, alguna vez, o más de una, fallaron a alguien o le hicieron una guarrada de las buenas.

En definitiva, son tan merecedores de tu amor como del odio ajeno.


2.-Segunda pregunta que debes hacerte: ¿Qué sé, realmente, de mis familiares?

Siendo yo pequeña, mi mamá me parecía la persona más seria, formal, discreta y decente de la tierra. Cuando mi abuela hablaba de ella, no podía dar crédito a mis oídos. ¿Estábamos hablando de la misma mujer?. Por lo visto, se conocía Madrid, por los tejados. Era desobediente, mala, pegona, contestona y rebelde.

Su mismo padre solía echarle una maldición gitana: "¡Ojalá tengas una hija como tú, para que te enteres de lo que vale un peine!". Después, cuando el abuelito tuvo el gusto de conocerme, enseguida se compadeció de ella: "Esta sí que va a ser tu perdición".

Yo era caprichosa, egoísta, envidiosa, antojadiza, llorona, mentirosa, tramposa, vaga, malhablada y, por genes, también heredé lo de ser desobediente, mala, pegona, contestona y rebelde.

Bien, pues intentando convencer, ultimamente, a mi hijo, de que lo primero que tenía que hacer era cumplir con sus obligaciones (entre ellas, hacer la tarea) quise poner mi ejemplo, con el fin de hacerle comprender que me llevé muchos disgustos por no hacer lo que debía, cuando debía: ----¿Sabes lo que hacía mamá, a tu edad? ----le pregunté. Él me contestó: ----Seguro que tú hacías los deberes lo primero y los hacías estupendamente y sin ayuda. Y, luego, estudiabas todos los días lo que hubieras aprendido en clase.

Me quedé estupefacta. ¡¡Pobrecito mío!! ¡Bendita inocencia!.

¿Qué sabe mi hijo de las veces que yo hice la puñeta a una amiga? ¿Qué conoce sobre mi lista interminable de novios a los que fastidié hasta la saciedad? ¿Qué idea tiene a cerca de lo que yo fui, o soy? La única imagen que tiene de mi es la de la mamá amorosa que lo cuida cuando está enfermo, la que lo alimenta, la que le hace reír, la que le riñe cuando se porta mal, la que le acompaña al cole, la que viene a recogerlo a la salida. La que anda tras él, recogiendo sus trastos y ordenando todo lo que deja tirado. La que siempre se preocupa por sus fracasos y se alegra con sus éxitos.

Pero, claro, conozco a más de uno, de veinte, de cien (y de quinientos) que podrían afirmar: "Tu madre es una grandísima mala pécora".

Por consiguiente, ahí va la segunda regla: DE TU FAMILIA NO SABES ABSOLUTAMENTE NADA MÁS QUE LO QUE ELLA QUIERA QUE SEPAS.


3.-Si así fuera, de nada serviría la disertación. Es decir, NO SEAS CÁNDIDO, JAMÁS SE TE OCURRA TRATAR DE CONVENCER A NADIE DE QUE SU MADRE ES UNA BRUJA EN TODA REGLA.

Ya puedes haber contratado los servicios del mejor investigador privado que exista sobre la faz de la tierra y que él te haya traído un informe muy parecido, en volúmen, a la santa biblia, con documentación y fotografías, en el que se demuestre fehacientemente que la madre de uno ha cometido el más sangriento de los asesinatos, que su hijo se encogerá de hombros y negará que esa señora sea su mamá o, cuando ya no haya más remedio que admitirlo, dirá que "el difunto se lo tendría bien merecido porque su madre es muy justa".

Permiteme, además, que vuelva a copiar algunos párrafos de mi entrega "Y, ¿para qué quiero enemigas?":

A toda esta gente [la familia] la tendrás que conocer, asumir y aprender a soportar de mejor o peor gana. Porque, entérate de una vez: la tía Catata va a ser tu tía hasta que muera ella, o mueras tú. Y ninguna vais a cambiar de manera de ser hasta el mismo instante en que os metan en la caja de pino. Y vaya usted a saber, lo mismo le da por aparecerse por las noches para reprocharte: "Sé que fuiste tú la que rompió el jarrón de mi madre y escondió los pedazos en la coqueta".

Otro factor negativo que interviene en las relaciones familiares es la memoria histórica (o histérica). La madre de uno es la madre de uno (madre, ya se sabe, no hay más que una) pero esa misma persona es la suegra de una tercera y la cuñada de una cuarta. El recuerdo que cada uno de estos individuos guarda de la buena señora no tiene absolutamente nada que ver y cualquier parecido es mera coincidencia. Y lo que para unos fue una situación bochornosa o inenarrable para otros fue una anécdota fantástica e inolvidable y, para hacer mención de la honorable obra de Michael Ende (y terminar el pareado), el empecinarse en disputas sobre quién lleva la razón, o no, es la historia interminable.

Luego vendrán frases hechas típicas como la de: "Y las navidades, ¿qué tal?; ¿bien, o en familia?” Los pisotones o codazos bajo la mesa del salón o recriminaciones del tipo: "Pero, Paula, hija, ¿cómo se te ocurre hablar de la soga en la casa del ahorcado?" o "¿pero en qué estabas pensando para sentar juntas, a la misma mesa, a Isabelita y a la tía Fuencisla?".

Es decir, los parientes son, a ojos de cada uno, dependiendo de la perspectiva del que los mira, "lo que parecen". (¿Ein?): Sí. Nadie es lo que parece).


4.-Las reuniones familiares son una auténtica bomba de relojería. Hay gente, demasiada gente que guarda malos recuerdos, rencores y reproches de las personas sentadas a la misma mesa. Por tanto, NI SE TE OCURRA SACAR UN TEMA DE CONVERSACIÓN.

¡No! ¡Negativo!

¡Entérate!: no te estoy diciendo que no hables de política, de religión, de fútbol, o de cualquier otro asunto que pueda deribar en que cada uno tenga una opinión contraria a la de los demás. ¡¡NO!! Simplemente, limítate a seguir la corriente, como a los locos, al que lleve la voz cantante.

Si el cordero te parece que está en su punto, alguien convendrá que está pasadito, que de lechal tiene poco. Si la sopa te sabe estupenda, otro te dirá que le falta sal y otro que le sobra. Si te encanta el vino, enseguida llegará el entendido a decirte que está ajerezado.

Todo puede ser motivo de discusión.


5.-Si, a pesar de todo, tu familia, en cualquier celebración, hicieran llover los cuchillos y tenedores contra el resto de los asistentes, TÚ PRACTICA EL NIHILISMO. PÍDE LA SALSA AL QUE NO TENGA LAS MANOS OCUPADAS EN TRATAR DE ESTRANGULAR A ALGUIEN.

¿Que la abuela fuma? ¡Pero si tú ya lo sabías! Lo que pasaba es que, la condenada, se escondía en el cuarto de baño.

¿Que el tito Alfonso está liado con la asistenta? ¡Es que no sabes cómo está el servicio!. Es mejor tenerlas contentas, que si no se largan. Que la chica vale un montón, que ojo como plancha las camisas y deja la vitrocerámica hecha un primor.

¿Qué tus primas han vendido el piso con la tía Berta dentro?. ¡Qué detalle!. ¡Así la mujer estará acompañada!. Lo peor sería que la mandaran al asilo.


6.-Regla de oro: EL MEJOR PARIENTE ES EL MUERTO.

Tu tía-abuela Petra, cuando enviudó, recibió de su marido, en usufructo, unas seis hectáreas de finca edificable en Alcaudete de la Jara que, a su vez, él heredó de su abuelo (quede claro que ella no podía beneficiarse de una herencia del cónyuge, aún estando en régimen de bienes gananciales).

Un buen día, sin contar con los herederos directos de tal propiedad (es decir: tú, tus hermanos y tus primos) la buena señora vendió la finca a un adinerado constructor.

Cuando la "tita-yaya" (así la llamábais, cariñosamente) la espichó, la mar de contenta (todo hay que decirlo) y os poneis a revisar papeles, os encontrais con la finca vendida y con que el dinero "voló" en los casinos de toda la provincia de Toledo.

En el momento de su entierro, con el cuerpo presente, el cura, visiblemente emocionado, dice: "Petra fue una gran mujer. Abnegada esposa y sacrificada madre que todo lo dio, por amor al prójimo, hasta el último de sus días".

Yo sé que tal afirmación puede llevar a confusiones y que lo que a ti te apetece, más que nada en ese instante, es golpear la espalda de tu hermano y ordenarle en un murmullo: "¡Felisín, corre y asómate dentro de la caja, a ver si es la tita yaya la que está dentro! ". Pero lo que te aconsejo es que des una buena bocanada de aire y mantengas el tipo. No es elegante montar el numerito en un entierro.

Lo que sí te va a hacer sonreír, durante el resto de la ceremonia, es pensar que la muy zorra se está pudriendo, tiesa como un palo y que, en un muy breve espacio de tiempo, se la van a empezar a zampar los gusanos.


7.-CONVIENE TENER, SIEMPRE, MUY PRESENTE EN QUÉ EQUIPO JUEGAS.

A ver, esto de las familias es como "la cosa nostra". Como dejes de pertenecer a esa sociedad secreta, corres el riesgo de perder el pellejo.

Felisín (tu hermano, ya sabes) se casó hace veinte años con una chica estupenda, con la que tuvo dos hijos.

Justo, en la crisis de los cuarenta, le dio al muchacho, por irse de juerga todos los fines de semana y, o volvía a las tantas de la mañana (borracho perdido y con marcas de carmín en el cuello de la camisa) o no volvía hasta el lunes.

Tuvo varias queridas por aquel entonces. Se gastaba el dinero con ellas, se iba de puentes, les compraba ropa, joyas, pisos... (y el cole y las clases de inglés, sin pagar). En fin, que tu cuñada se hartó y le plantó las maletas en la puerta.

Tus dos sobrinos están muy dolidos con su madre porque fue ella la que solicitó la separación. ¡Pobrecito papá! ¿Dónde va a vivir él, ahora?.

Supongo que, si eres una mujer como Dios manda, te darán ganas de abofetear a tu hermano (y aprovechar el impulso para acabar el pescozón en los jetos de tus sobrinos). Pero, ¿qué vas a conseguir con ello?.

Dirígete al libro de familia. En alguna página aparecerán sus datos y los tuyos en otra. Que te quede claro a quien vas a tener que soportar durante el resto de tu vida.

Por tanto, juegas en el equipo de tu hermano, sí o sí.

Aunque se trate del mismísimo Satanás, traga saliva y repite: "Sí, ¡pobrecito papá!. Ahora nos necesita más que nunca".


8.- LOS PADRES EDUCAN A LOS HIJOS HASTA QUE A LOS HIJOS LES LLEGA LA HORA DE EDUCAR A LOS PADRES.

La gente mayor ha perdido el miedo y la vergüenza. Le queda poco "en el convento" así que ocurre lo impredecible y más temido: dicen lo que piensan y se quedan más anchos que panchos.

Así que, en el caso del funeral de la tita yaya, puede darse la violenta situación en que tu madre se levante del banco y grite: ¡¡Pero, ¿qué dice usté, padre?!! ¡¡¡Esa señora fue una hija de la gran puta!!!

Todo el mundo se girará para mirarla, con asombro y, después, te observarán a ti, con cara de circunstancias y preguntándose cómo no has tenido la precaución de atarla en corto y llevarla amordazada.

También ocurre que las rarezas se "acentúan". Tu madre siempre criticó el comportamiento de tu padre, haciéndose la víctima. "Que si es un burro, que no veas como me contesta, que si tal o cual"... Bien, pues llegará ese día en que te sorprenda muchísimo que tu padre no se haya cargado ya a tu madre, o viceversa.

Es ese duro trago en que reconoces la verdadera personalidad de los dos, asientes con tristeza y te dices: "¡Ah!..., vale. Ya entiendo todo."


9.-"Todos sois hijos míos y os quiero, a todos, lo mismo". Esta es una frase muy manida en las familias universales. Quien dice "hijos", dice "sobrinos", "nietos", "tíos", "primos", o cualquier otro parentesco sustitutivo.

Bueno, pues deja ya de creertela porque es la mayor mentira del mundo. Hay que sustituirla, en la traducción simultánea, por: TODOS SOIS IGUALES, PERO NO TODOS SOIS LO MISMO.

El que mejor se lo haya montado en los anteriores puntos:

1.-Aceptar y asumir su familia con sus defectos y virtudes, sin idealizarla y sin tratar de cambiarla;
2.-Conseguir que la familia sepa de él sólo lo que él haya querido que se conozca;
3.-Pelotear a la madre de todos;
4.-Seguir la corriente a la peña en las conversaciones / criticas / cuchicheos;
5.-Ser el mejor nihilista en las reuniones familiares;
6.-Venerar la memoria del difunto;
7.-Tener presente, siempre, en qué equipo se juega;
8.-Mantener "a raya" y con la boquita cerrada a los papás,...

Ese..., es el que se lleva el premio al pariente más querido por todos.

El que gozará de todas las simpatías, disfrutará de todas las invitaciones, se llevará los mejores regalos, la mayor parte de las herencias, etc... etc... etc...

10.-Ahora viene una buena: la familia está creada, a su vez, por varias subfamilias. Todos pueden ser descendientes de las mismas personas pero esto no es óbice para que exista "competividad" entre ellas.

NO SE TE OCURRA ENNUMERAR LAS BONDADES DE OTRO NÚCLEO FAMILIAR AL 'ENEMIGO'.

Si vas a comer a casa de Lorenzo, no te pongas a narrar lo listísimos que son los hijos de vuestro hermano común Felisín, porque le vas a tocar las narices soberanamente. Y si no a él, a tu cuñada Jacinta que aún anda recordando el último "cate" de "mates" de una de sus hijas.

¿Estás tonta o qué? Donde fueres, siempre están los niños más guapos, más listos, más buenos. La mujer más limpia y el hombre más trabajador y honrado.

Ya sé que se trata simplemente de halagos y que tú te preguntarás ¿a quién puede molestar que yo cuente cosas maravillosas sobre la gente a la que aprecio?. Pues mira, yo te lo voy a explicar con un ejemplo muy gráfico: ¿A quién no le gusta escuchar villancicos en navidad?: A los pavos.

A los pavos no les gustan las panderetas.

Tampoco se te ocurra ponerte a criticar. Nada..., tú muy discreta a la par que elegante, como si el resto de la humanidad no existiera.

Recuerda siempre que el sabio no dice todo lo que sabe y el necio no sabe lo que dice.

Y, en la entrada, al coger del perchero tu abrigo, retoma tu vida y entona en tu interior: "¡Ea!, cada mochuelo a su olivo. Cada uno en su casa, y Dios en la de todos".
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(Derechos registrados - Miriam Lavilla)

viernes, 18 de febrero de 2011

Aich, qué vergüenza, Mari Joseeee!!!!

Maria José ha tenido el detalle de hacerme SONROJAR (jajajaja) POR UN METEDÓN DE PATONCIA en el texto de los temas gratos para PARADOS...

Marijose, cari... MANQUE no te lo creas, sacaba matrículas de honor en lengua (de verdad!!! tan verdad como los cates en mates)... y sí, sé perfectamente que A VER (de ponerse las gafas y ponerse a mirar con atención) ES "A VER" y no HABER (de haber metido un palabro y quedarse tan ricamente)...

Lo que ocurre (ESCURRE) es que los textos los escribo en word, y hay palabras que me cambia ORTOMÁTICAMENTE (porque al ordenata le sale del pie) como: "A VER" POR "HABER"... U, (otra graciosa) que me pongo yo muy científica, hablando de anatomía... cuando quiero decir "O SEA..." Y ME PONE "ÓSEA"!!!!

No hablemos ya del ECHAR DE MENOS (que lo primero que se "echa" es la hache... y también lo cambia de vez en cuando)

En fin... quede constancia de este hecho en mi defensa.

De todas formas, por favor, no me llameis ESCRITORA. Eso vamos a dejarlo para los escritores, de verdad. Yo sólo soy una aficionada que ha tenido suerte por la publicación.

Un besito muy fuerte y no te CONTENGAS!!! (jajajaja) tú dale fuerte,

Miriam L.

viernes, 28 de enero de 2011

TEMAS NON GRATOS PARA PARADOS



En las circunstancias actuales en las que nos encontramos, debiéramos medir más nuestras palabras a la hora de abordar un temita "tan escabroso" en la peluquería, en la tienda de ultramarinos, en un bar, en un ascensor...

Fijaos que si nos están hablando de casi cinco millones de parados, debe haberlos por todas partes. ¡Estamos rodeados! Así que haber si hacemos acto de contención, nos hacemos solidarios y vamos tratando de tener un poco de "consciencia social". Casi mejor que hableis del tiempo, de fútbol, de mujeres, hombres, niños... O, bueno, como yo suelo aconsejar: "Si no tienes nada importante que decir, mejor no digas nada".

Estas, entre otras muchas, son ejemplos de frasecitas que se te clavan en el alma:

1.- Hay mucho parado porque la gente no quiere trabajar!!!!!
(cagüensuputamadre, oiga)

2.- Bueno, mira..., que no se agobien, dicen que para el 2014 o el 2015 se acaba la crisis.
(¿Y quién cojones me paga el paro hasta ese año?)

3.- Hay una muy fácil solución. La mujer que se quede en casa. Se ahorran los menus de los restaurantes, la ruta del cole de los niños, el comedor, la asistenta... Y, así, además, tienen más tiempo para dedicárselo a los maridos, los niños, la familia y la pobre suegra, que tengo entendido que está muy mayor.
(Claro..., para eso estudié yo. Para licenciarme en "exclavitud hogareña")

4.- Hay una fabulosa programación en la tele. Si se aburren es porque quieren.
(Sí, "hombres y mujeres y viceversa"... da grimilla al principio, pero al final te engancha)

5.- ¿De qué se quejan? Mira, hasta los 67 años se va a cotizar a la seguridad social. Así hay dinero para pagarles el paro.
(Es verdad, jorobas, ¿de qué me quejo? Si, a este paso... de parado, me voy a la jubilación)

6.- Mi prima Enriqueta tiene dos masters y cuatro idiomas, y también está en el paro. Por cierto..., mañana creo que vais a la misma empresa a hacer una entrevista.
(Dile a Enriqueta, que tenga cuidadín al pasar bajo mi terraza... tengo los tiestos algo desajustaos).

7.- Han echado a 200 trabajadores de Flanagan y Asociados, S.L. Ahora, la empresa será más rentable.
(Evidentemente, lo malo va a ser buscar puente donde puedan dormir 200 personas)

8.- ¡¡No te jorobas!! Es que todos queremos trabajar de ingenieros. ¡Que se ponga a asistir!
(En efecto, una ingeniera va a llevar con mucha clase el delantal. Lo malo es que el 90% de las mujeres se apuntaron a la situación nº 3... así que YA no necesitan asistenta).

9.- ¿A quién se le ocurre presentarse a reponedora de supermercado, diciendo que ha hecho un máster en Oxford? ¡Es que va asustando!
(Es que ya no nos queda "imaginación" para hacer curriculum A, B, C, D, E... vamos, ¡que ni nos queda memoria en el ordenador!)

10.- Bueno, ahora dispondrás de más tiempo para hacer lo que te apetezca.
(Sí, la pega que yo encuentro es que todo lo que me apetece hacer... ¡CUESTA DINERO!).

miércoles, 12 de enero de 2011

La vida que viene (si eso) y Guillermo Blanes del Águila



A Guillermo lo "conocí" en Facebook.

A través de una página, dedicada a la literatura, se "colgó" el inicio de su novela y, si he de ser sincera, casi muero de la envidia al "bucear" en aquel texto.

Y, digo bien, porque me empapé con las palabras que flotaban en todas y cada una de las frases. Calándome, en el subterráneo de mi espíritu, párrafo a párrafo.

Con mi "deformación" profesional, me deleité con la descripción de aquella juguetería, el ambiente de la calle a esas horas...

Ese hombre no escribía: ¡DIBUJABA!. Casi pude oler a Gabriela que, no con despropósito, tenía nombre de arcángel.

Quien me conoce sabe que soy un cotorrón y que si no lo digo... ¡me lo digo encima!. Por tanto, me permití el gusto de comentar el enlace.

Cual no fue mi sorpresa que, inmediatamente después, Guillermo me pidió "amistad". Por supuesto, acepté y agradecí el detalle. Me fascinaba la idea de poder "charlar" con un hombre, que posee, sin lugar a dudas, el don que más valoro (el del manejo de las letras), aunque fuera a través de un medio tan poco cálido como es el mundo de internet.

Nos intercambiamos varios e-mails y, finalmente, me ofreció leer su novela.

Acepté sin dudarlo. Aunque, sinceramente, me venía fatal. Andaba yo por la "tropecientaba" corrección de mi tercera novela (con la que aún estoy a tortas) y no quería desconcentrarme con cualquier otra lectura, hasta que no la acabara... que digo yo..., ¿CUÁNDO TENDRÁ FIN?... pero, eso es otra historia que no viene al caso.

Y, un buen día, me envía su fichero por e-mail.

Toooooooooooodo eran pegas:

1) ¿¡¡Quinientas cincuenta y una páginas!!? Pero, ¿cómo rábanos alguien, que escribe una novela por primera vez, puede rellenar tanto folio? ¡No puede ser buena! Este sólo se ha empleado "a fondo" en las primeras veinticuatro.

2) ¡Vaya un interlineado y menuda letra! ¡¡Madre mía, me estoy dejando los ojos!!... ¡¡La virgen!!, ¡El ordenador se me está colgando, cada dos por tres!... ¡Jorobas!, ¿Para qué demonios me habré comprometido?...

3) Voy a comprar el ejemplar y así me apaño mejor... ¿Dónde narices lo encuentro si resulta que la editorial ha dejado de servirlo?... ¡¡¿En El Corte Inglés de Málaga?!! ¿Qué hace en Málaga si yo vivo en Madrid?...

La conjunción de todos los astros convino que tenía que conseguirlo: sí o sí. Vale..., pero:

4) ¡¡Qué horror de cubierta!! ¿Quién ha tenido el mal gusto de haber plantado un 'Bogart de medio pelo' ante una iglesia románica? ¿Va a rezar por su "amor perdido en Paris"? ¡¡Qué adefesio de foto!! (y, la verdad, es que es mala de narices. Una foto en blanco y negro, sin contraste, ni brillo, ni tonalidades de grises, ¡con lo bonitos que pueden llegar a ser!. Nada... Con la de "imágenes" rabiosamente impecables que hay en todo el libro, es casi un pecado haber elegido ésta. Y, encima, ¿A quién se le ocurrió la genialidad de plantarla sobre un fondo negro? ¿Rojo y Negro? pero... ¡Conchas!, ¿Estamos parodiando a Stendhal?

Leo la sinopsis:

"En los años sesenta, en el contexto de la censura del gobierno franquista, un periodista investiga y denuncia la existencia de una organización religiosa cuya actividad está vinculada a unas misteriosas desapariciones. La organización se canaliza a través de una siniestra secta, la cual selecciona familias pudientes que han sufrido la pérdida de un ser querido y, a cambio de dinero, prometen comunicarlos con sus muertos a través de moribundos indigentes. Tomás, que aún llora la pérdida de una de sus hijas desde hace dos años, recibe otro duro revés cuando él y su familia son amenazados de muerte. Una misteriosa cita cambiará el curso de los acontecimientos que rodean la vida del protagonista y abrirá las puertas a una vía para la resolución de los enigmas que se le presentan. El desenlace le deparará una revelación xxxxxxxxxxxx xxx xx xxxxxxx xx xx xxxxx xx xx xxxxxxxxxxxx." =>frase censurada, a propósito, para los que deseen disfrutar con la trama.

5) ¡¡ESTOY HASTA EL GORRRRRRRRRRRRO DE LA LITERATURA Y DEL CINE (el teatro, afortunadamente, es mucho más variado) QUE CRITICAN LA ÉPOCA FRANQUISTA Y LA IGLESIA!! Parece que no hemos tenido más historia que Franco. Y, bien, sí. Puede que fuera una época que dejara "huella". Quizá, muy certeramente, se haya tratado de nuestros años más oscuros... pero... ¿no hay nada nuevo bajo el sol?.

Comienzo a leer, (más forzada que otra cosa)... Y sigo leyendo...

Y, a medida que avanzo, no sólo confirmo que la historia nada tiene que ver con la política y/o con una crítica eclesiástica más. Los malos no son los del régimen, ni los curas pederastas.

Y, poco a poco, voy desnudándome de esa "deformación profesional" de la que hablaba y dejo de fijarme en las palabras escritas para dejarme abrazar por ellas y que me arrastren a otro mundo, otra época, una historia ajena, que consigo hacer propia. Metiéndome, de lleno, en ella.

Y, página a página, constato que voy a haciendo la retrocuenta: Contando las horas y los minutos del día que me van a llevar al momento en que tomo el libro y "desaparezco" de mi realidad cotidiana para sumergirme en las pistas que me llevarán a la verdad. A saber, de una vez, qué ha pasado, realmente. Quién es quién, o qué. Por qué, cuándo, cómo y dónde.

6) "La cosa no pinta bien. Esto va a acabar como el rosario de la aurora..."

Éxito conseguido: ¡¡Enganchada hasta las cejas!!.

Confieso que ningún capítulo me ha dejado indiferente. Me he sentido intrigada, aterrada, emocionada, defraudada, entretenida, divertida... No albergaba muchas esperanzas en poder reír, pero lo hice y, hasta se me ha escapado alguna lágrima.

¿La sorpresa?, que lo que, en un principio, parecía un thriller o una trama de suspense, toma otros derroteros, digamos: "poco habituales". Me da mucha rabia que, en los resúmenes de la obra y las reseñas, se "insinúe" porque, de no haberlo sabido, nunca lo hubiera esperado.

La primera ¡en la frente! : EN LA MISMISIMA CONTRAPORTADA. Error totalmente imperdonable, sobre todo, siendo responsable la que se supone que lo va a comercializar: la editorial.

Y, obviamente, al conocerlos de antemano, tengo que admitir que el final me lo esperaba. Lo que rompe el encanto de encontrarte con un desenlace sorprendente. Es como si te cuentan, antes de ver la peli, que Bruce Willis estaba muerto en "El sexto sentido". ¡¡Es para asesinar al acomodador!!.

También es cierto que, en muchas ocasiones, el narrador (en tercera persona) parece ir avisándote de lo que te espera en las próximas páginas. Pero, a veces, también juega magistralmente a equivocarte, ya que das, por sentado, cosas que pueden, o no, ocurrir. Temas que están zanjados y, poco después "resucitan".

No hay ningún personaje que sobre y tampoco que falte. Algunos ayudan y otros "estorban", pero todos son necesarios. Con frecuencia te encuentras con alguno que suelta alguna "joya" de la vida, que te cala profundamente y otras que, de nuevo, te regala una ancha sonrisa.

Estoy de acuerdo con una reseña que, últimamente, he leído, con respecto a la gramática empleada en los diálogos. Su mayor virtud es, precisamente, su mayor defecto. Como Flaubert, es tan riguroso en el lenguaje a utilizar que se mete de lleno en la búsqueda incansable, de la "palabra exacta", jugándose a perder la personalidad de ciertos personajes que no esperabas fueran tan cultos, ni por asomo (aunque hay más de un taco, sí señor). Pero eso no es óbice para que pierdan su encanto. Al igual que los sitios, los describe fielmente (tanto física como psíquicamente) y les da vida propia y libertad de movimientos.

Y, cuando la acabo, siento una enorme sensación de vacío. ¿Qué voy a hacer, a partir de ahora, con todo ese tiempo libre? Y ¡zás! Vuelvo a la cruda realidad: "Miri... ¿Tienes intención de acabar tu novelodrio algún puñetero día?" y me respondo (a mí misma): "La vida que viene..., si eso..."

Reconozco al lector ideal de esta obra (o al elegido, porque, en realidad, es ELLA la que te elige, como me sucedió a mí), como un ser de cierta sensibilidad. No es un libro para escépticos, ni para agnósticos. Ni para nadie que no sepa lo que es sufrir la pérdida de un ser querido. Hay aforo completo para lectores que no conozcan lo devastador de la añoranza, del recuerdo y del amor.